HAY MÁS QUE MARVEL Y DC
Samaritan (2022) es una de esas películas enmarcadas en el género de superhéroes que muestra que se puede contar historias sobre héroes y villanos, gente con poderes al más estilo comiquero sin la necesidad de contar con Marvel o DC, las grandes casas de supers.
Esta película de Amazon Studios y protagonizada por Sylvester Stallone quiere desmarcarse de esa senda que domina la taquilla mundial de los blockbusters, tratando de diferenciarse e intentado crear un mundo alternativo. Algo que en cierta medida consigue. En una película que puede recordar a la trilogía de M. Night Shyamalan con El Protegido (2000), Múltiple (2016) y Cristal (2019) o a las películas de Kick Ass (2010, 2013) dirigidas por Matthew Vaughn. Un enfoque distinto, una creación autoral de un superhéroe.
Joe (Stallone), un hombre mayor que trabaja como basurero, tiene que volver a descubrirse ante una ciudad decadente sumida en el caos y la delincuencia a causa de un niño, Sam (Javon Walton), y su audacia al descubrir su secreto.
Samaritan es una película modesta dentro del género, con una duración de hora y media y unos recursos menores a los acostumbrados de grandes estudios como Disney o Warner. Pero, pese a sus errores, es un ejemplo de como una historia menor, original hasta cierto sentido y alejada de cualquier universo puede funcionar. Y vaya que lo ha hecho, ha sido un éxito en la plataforma.
*OJO SPOILERS*
DÚO PRINCIPAL
Uno de los puntos fuertes de la película es el dúo principal. Javon Walton se come la pantalla y hace una gran dupla junto a Stallone. Un niño, un chaval, que vive con su madre, en busca constante de una figura paternal que la encuentra gracias a su devoción por Samaritan, el héroe de la ciudad que murió años atrás al sacrificarse para detener a su villano, Némesis. Ese sentido de fan le provoca acercarse a Joe, de quién sospecha que puede ser Samaritan. Pero esa búsqueda paternal también la encuentra en Cyrus (Pilou Asbaek), el villano de esta historia.
La pareja levanta este film. Stallone está muy cómodo en el papel y, de nuevo, esta dupla nos puede recordar a Logan (2017) y la pareja de Hugh Jackman y Dafne Keen. Sam trata de descubrir a Joe, de averiguar si tiene razón y sus sospechas son ciertas, al mismo tiempo que se junta con el lado criminal de la ciudad, pandilleros y el propio Cyrus.
A pesar de que son temas que hemos visto miles de veces y que son recurrentes en el género, la química entre los protagonistas y las situaciones generadas alrededor -como descrubre que es Samaritan, la explicación de sus poderes, que sucedió aquella noche contra Némesis– hacen que la película sea muy entretenida. Su ritmo, además, es frenético y eso que la acción está muy medida, dejándonos escenas cortas de peleas pero destacables como la explosión del coche.
Sin embargo, hay que ponerle varios peros al film.
¿CUÁL ES EL PLAN?
La parte más floja de la película viene por parte de su antagonista. Cyrus, el líder de una banda de la ciudad, recupera el martillo que Némesis construyó para derrotar a Samaritan. Él es su inspiración, el espejo en el que quiere reflejarse, y por ello quiere acabar su plan. Destruir una ciudad asolada por el crimen, la falta de trabajo y la decadencia para poder construir algo nuevo. Pero, ¿eso no lo empeorará?
Parece que su misión es similar a la de Bane en El Caballero Oscuro: La Leyenda Renace (2012). De hecho, tiene un discurso subido a un coche, con máscara y chaqueta calcada, que es una copia al del personaje de Tom Hardy. Su plan es revertir el orden, en que sea «el pueblo» el que tome el poder. Pero está muy mal desarrollado, con unas motivaciones que pasan por creer y «estar muy loco».
El final es muestra de ello. Cyrus, al darse cuenta de que Samaritan vive, secuestra a Sam para tenderle una trampa. Joe acude al rescate en un climax bastante épico, con escenas de acción realmente conseguidas y un Stallone en su salsa. Ese «Pásalo bomba» o «¿Subís o bajáis?» son geniales. Pero Cyrus no se siente un villano, una amenza, un antagonista fuerte. Es uno más. Y sobre todo por la falta de construcción en sus motivaciones y la falta de lógica de su personaje. Falta de construcción de personaje, en definitiva.
En el encuentro final, con edificio en llamas incluido, se nos revela que Joe no es en realidad Samaritan, sino Némesis. Es decir, el villano de la historia es el que ganó aquella batalla hace años. Es un buen giro, aunque te lo puedes oler, y el rejuvenecimiento de Stallone en los flashbacks está muy conseguido.
El mensaje de que no hay mal ni bien, sino que todos albergamos ambos en nuestro interior, me parece muy correcto. Al fin y al cabo, son nuestras acciones lo que nos marcan y siempre podemos elegir hacer lo correcto. Un mensaje acertado, un conseguido tono gris para un mundo gris.
CONCLUSIÓN
Samaritan es una buena película de superhéroes. La cinta dirigida por Julius Avery (Overlord, 2018) tiene propuestas e ideas muy interesantes aunque falla en el trasfondo de la historia. Quiere ser algo más y hubiera quedado mucho más redonda si se centrara en los elementos más cotidianos. Aún así, supera a muchas de las propuestas de Marvel o DC que parecen hamburguesas en cadena.
La película muestra -como muchas otras- que se pueden crear historias originales de superhéroes tan o más exitosas que las de los grandes estudios. Y aunque naufraga en varios puntos, es una propuesta de alabar.
¿Tendremos secuela? El tiempo lo dirá. Parece que ha sido un éxito en Prime Video y tiene puntos a resolver. ¿Por qué esa enemistad entre hermanos, entre Samaritan y Némesis? ¿Cuáles eran realmente sus motivaciones? ¿Qué pasa con la ciudad? ¿Volverá para arreglarla haciéndose pasar por Samaritan en una especie de redención? Son algunas de las preguntas para resolver.
Una película modesta, sincera, que cae como anillo al dedo para los fans de los superhéroes -y de Sylvester Stallone-.