‘MIKE’ (2022) CRÍTICA

MIKE
Fuente: Hulu.

IRON MIKE

Mike Tyson sin duda es una de las figuras más polémicas que ha surgido en las últimas décadas. Su historia es digna de contar, no sólo sus hazañas deportivas donde hubo un momento donde parecía el hombre más peligroso del mundo, sino su vida personal, tanto sus luces como sus sombras.

En esta ocasión Hulu, como ya hizo este año con la miniserie de Pam & Tommy, nos trae el biopic del ex-boxeador. Un biopic que el propio Tyson desaprueba e incluso ha declarado una guerra contra la plataforma, pero una historia que merece ser contada, al fin y al cabo. Es más, el propio Tyson lleva años con su propio proyecto junto a Martin Scorsese y Jamie Foxx.

El caso es que ahora tenemos esta miniserie, protagonizada por Trevante Rhodes (Tyson) -que está realmente bien en el papel, sobretodo en la voz-, Russell Hornsby (Don King), Harvey Keitel (Cus D’Amato) y Laura Harrier (Robin Givens). Una miniserie que, en sus 8 episodios de apenas media hora, se centra en explorar la vida de Tyson, sus motivaciones, su pasado. Pone el foco en el por qué de las acciones y decisiones que hizo en su carrera, en entender a Mike, en definitiva.

La serie triunfa en retratar todo ello. En la complicada relación de rechaza que tenía con su madre, su búsqueda eterna de un padre, su época con Cus -y lo que supuso para él-, la llegada de una sanguijuela como lo era Don King, sus relaciones con sus diferentes parejas, su relación con las mujeres y cómo es incapaz de quererlas y de tratarlas bien… El biopic triunfa en varios aspectos pero naufraga en otros. Vamos a ello.

*OJO SPOILERS*

El verdadero Mike Tyson
Fuente: Instagram – Mike Tyson.

PALOMAS

El inicio de las serie es, prácticamente, sobresaliente. El dibujo de la situación que vivió en su casa Tyson, ocn una madre sin recursos a cargo de tres hijos, no era ideal. Si le añades una época donde Nueva York era asediada por las drogas y el crimen, uno de los peores barrios de la ciudad y unos padrastros distantes de ser ejemplares… La cosa prometía. Sin embargo, ese contraste que marca la serie recalcando que su también hermano logró salir de ahí y convertirse en un gran cirujano… Te muestra por donde va la serie.

Esos episodios inciales son una gran base sobre construir. Como la propia serie dice: «Había pobres, muy pobres y pobres de mierda». Esos cimientos tan definidos sirven para representar lo que habría pasado con Tyson de no dar con el boxeo y, sobretodo, con Cus. Seguramente no habría pasado de los 20 años. Quizá de los 15. El momento de la paloma, el asesinato de aquel niño, las cosas que tuvo que ver de su madre… Todo ello marca. Y demasiado.

Pero Tyson encontró el boxeo y Cus lo encontró a él. Algo que le dio un motivo, alguien que de verdad quería lo mejor de él, algo con lo que demostrar a su madre que no es ese niño retrasado y violento que no es capaz de hablar bien y de meterse en líos. Mike lo logró, bajo la tutela de Cus se convirtió en uno de los mejores boxeadores de la historia, siendo un absoluto monstruo en el ring. El problema es que ese monstruo vive fuera del rectángulo. Y cuando un chaval de apenas 20 años como él pierde a su madre y la única persona que le proporcionó un hogar, Cus, da igual que seas el campeón de los pesos pesados… Te hunde.

Y más con la gente que quiere aprovecharse de ti.

Mike

INOCENCIA Y VIOLENCIA

La serie está marcada por tres grandes actos. Su infancia, su estrellato y su decadencia. La manera en la que se han basado en unos monólogos que el ex-campeón hizo hace unos pocos años, donde contaba su historia -lo bueno y lo malo- bajo un tono de humor es un gran acierto de la serie. Incluso el romper la 4ª pared funciona hasta determinado punto.

Uno de los mejores aspectos de la serie es que incide en la relación de Mike con las mujeres. Como las deseaba sexualmente pero no podía amarlas, como alguna de ellas se aprovechó de él y su inocencia cuando era joven para sacarle dinero, como él perdía el control y acabó en la cárcel tras violar a una chica de 18 años, Desiree Whasington… Es probablemente el fuerte de la serie. Su falta de control, su inseguridad a causa de su relación con su madre, su odio hacia sí mismo -le veían como un monstruo, amaban a ese monstruo y él se lo creyó-… Todo esto explica su incapacidad para tratar bien a alguien.

Incluso cuando fue padre con Robin Givens, de quién estaba enamorado, no podía evitar engañarla. A saber como fue aquella relación pero no tuvo que ser nada sana por ninguna de las partes. No podía evitarlo. Ni siquiera cuando salió de prisión. Volvió a casarse con una mujer increíble pero de nuevo sus demonios -muchos derivados de la industria del boxeo- le llevaron a alejarse de su familia. Finalmente encontró aquella mujer que lo salvó. Esto es la mejor parte de la serie. Es atrevida, directa, impactante por momentos, clara y muy bien trabajada.

Uno de los responsables, Craig Gillespie, hizo Yo, Tonya (2017). Un personaje que tiene varios puntos comunes con Mike. Se nota su mucho su mano. Aún así, la serie no es perfecta ni mucho menos.

Don King

PROBLEMAS

MIKE tiene varios problemas. Quizá el principal de ellos es echar a un lado al personaje de Don King -Hornsby está increíble por cierto-. Una figura tan importante en la vida de Tyson, que le afectó no sólo en lo económico sino en su carrera pugilística como tal, debería de tener más peso. Los trazos que hay del personaje son realmente buenos, pero son sólo eso, trazos. Y es una pena.

Ahí llegamos a otro de los errores que creo que lastran la miniserie. Su empeño en darle vueltas al mismo tema, en repetir ciertas herramientas narrativas y su final tan atropellado. El tema de su odio a sí mismo lo comprendo, insistir en ello es normal. Su personalidad agresiva y autodestructiva es clave. Pero repetir el salto de la cuarta pared, que se hace cada vez más cansino, para recalcarnos lo que estamos viendo es un fallo gordo. Es como tomarnos por poco inteligentes, es como decirnos: «Veis lo que quiero decir, verdad. Lo veis».

Eso sumado a sus últimos episodios, donde condensan su regreso, su decadencia, su bancarrota, su ruptura, su adicción a las drogas… Se desborda. En apenas 40 minutos no da tiempo y eso estropea demasiado la serie. Además, han reducido el boxeo a un segundo plano a partir de cierto momento de la serie y eso también hace que se resienta.

MIKE niño

CONCLUSIONES

MIKE es una buena miniserie. Realmente creo que, a pesar de la pólemica y la guerra abierta con Mike Tyson, los creadores han querido hacer una aproximación a una de las figuras más relevantes del boxeo y del deporte de la historia. Creo que han tratado su historia y su vida con honestidad. Eso sí, bajo su punto de vista.

Sin embargo, tiene problemas que son suficientemente grandes como para que esta serie no sea mejor. Para que no sea la gran película -o miniserie- de Tyson. Es un buen retrato y un buen acercamiento para entender al ex-boxeador, pero puede ser mejor.

Quizá es culpa de su historia. A lo mejor la vida de Tyson es tan salvaje, desde su infancia hasta día de hoy -mucho más calmado y asentado pero con una voz mediática alta gracias a su exitoso podcast-, que es posible plantearse si en su caso la ficción puede hacer justicia a la realidad. Yo ya os digo que pienso que no.

Un buen biopic, una manera ligera, sencilla, directa, al grano y entendible de la vida de uno de los mayores iconos de los 80s y 90s. También de los 2000s. Pero lejos de darnos un producto que se acerque al terremoto que significó en su día Iron Mike.

PUNTUACIÓN: ***1/2 (sobre 5)

Deja una respuesta

Your email address will not be published.