¿ES MORAL EL CIRCO SOBRE JEFFREY DAHMER?

Jeffrey Dahmer
Fuente: Netflix.

Tras el estreno de la serie sobre el asesino en serie Jeffrey Dahmer, Netflix ha dado un paso más allá para comercializar con ‘Serial Killers’.

La serie de Netflix sobre el asesino serial Jeffrey Dahmer protagonizada por Evan Peters se ha convertido en todo un fenómeno compitiendo con algunos de los estrenos más potentes del año como Los Anillos de Poder de Prime Video o House of the Dragon de HBO. Y el revuelo mediático se ha equiparado al éxito de la serie.

Dahmer, conocido como El Caníbal de Milwaukee, es un asesino en serie que mató a 17 hombres y adolescentes a lo largo de más de 10 años entre 1978 y 1991 en sucesos que involucraban en ocasiones actos de necrofilia, canibalismo y preservación de partes del cuerpo. Finalmente murió en la cárcel en 1994 cuando tenía 34 años.

Su caso es sin duda uno de los más espeluznantes en la historia de la criminología y no es la primera vez que su historia se ha llevado al cine o la TV en forma de documental o ficción. Quizá la película más importante fue la protagonizada por Jeremy Renner en 2003, Dahmer. Pero está claro que ninguna ha impactado tanto al público como la serie de Netflix.

Al margen de valorar la serie o no, Netflix es una plataforma que lleva apostando por las historias sobre los Serial Killers más famosos. Desde Ted Bundy hasta John Wayne Gacy pasando por El Hijo de Sam la plataforma no ha dejado de sacar producciones relacionadas con el tema y es uno de los platos fuertes de su menú.

Y no sólo en cuanto a documentales, sino también poniendo en su cartelera su exitosa serie Conversaciones con un Asesino o la fantástica ficción de David Fincher, Mindhunter, una de las mejores series de la plataforma. Sin embargo, ninguna de estas propuestas, por muy exitosas que hayan sido, han generado la locura que ha desatado la ficción sobre Dahmer -a quién también le han dedicado su propia serie de Conversaciones con un Asesino-.

Pero, ¿es moral comercializar de esta manera con algo tan serio como un asesino?

Pienso que es un tema pantanoso y peligroso en cierto sentido. Creo que es importante las producciones de este tipo de documentales o ficciones que se aproximan a la realidad para poder entender -sobra decir que NO justificar- los crímenes de estas personas y cómo han llegado a hacer lo que hicieron.

Al final, es lo que inició el departamento de Ciencias de la Conducta del FBI en los 70s, la necesidad de entender el comportamiento de esta gente para poder prevenir y evitar más casos en el fururo. Pienso que no hace ningún mal, sino al contrario, que el público conozca estas historias y seamos conscientes hasta qué punto puede llegar el ser humano.

Pero hay un asunto delicado en el caso actual de Dahmer: comercializar con el crimen. Es probable que no sea culpa de la plataforma y mucho menos de los responsables de las produciones -siempre que se trate el tema con la seriedad que requiere y el respeto hacia las víctimas- pero está claro que parte de los espectadores o gente de fuera ha comenzado a vender el crimen.

En las últimas semanas, y más con Halloween a la vuelta de la esquina, el disfraz de Jeffrey Dahmer se ha convertido en uno de los más vendidos, la gente saborea el morbo de lograr alguna pertenencia del asesino y las gafas características del asesino se han vuelto populares. Una de las noticias más destacadas es el millonario que compró por cientos de miles de dólares pertenencias del asesino para simplemente quemarlas. Y ahí es donde quiero llegar.

Dado el debate que ha abierto estas noticias, al final de todo es el público, los espectadores y en cierta medida la prensa los que debemos saber como recibir este tipo de series o documentales. No desde el lado morboso o salseante de la historia, sino desde un punto maduro como espectadores donde dé lugar a la reflexión en vez del show.

Es triste ver como parte del público se queda con la segunda parte y no con la primera. Al final, es el cliente quien manda y si hay gente vendiendo morbo, es porque hay gente que lo pide.

El debate no es si es moral o no lanzar series como la de Jeffrey Dahmer -siempre que sean fieles a la verdad-, aunque el objetivo final de Netflix sea ganar visitas. El debate es qué clase de espectadores somos a la hora de recibir este tipo de contenido. O cualquiera.

El medio del entretenimiento hoy en día es gigantesco y el nivel de produciones para plataformas de streaming es el mayor que ha existido. Ante tal avalancha de contenido, es más importante que nunca que el público sea maduro a la hora de consumirlo.

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