GORE Y SERIE B
A raíz del éxito y polémica que ha desatado su secuela de este año, me animé a ver la cinta original con la que explotó el nuevo icono del gore y el slasher. Es época de Halloween y ver la primera gran puesta en escena del Payaso Art en Terrifier (2016) se antojaba curioso.
Terrifier es una película muy modesta, totalmente de serie B y con una duración que no llega a la hora y media. Aún así, cumple con creces a la hora de presentarnos un slasher interesante desde la primera escena y crea un personaje bien trabajado al que dan varios toques que le desmarcan de propuestas similares.
Sí, es la típica película slasher con mucho gore y un payaso asesino, pero para el escaso presupuesto que contaba el director (Damien Leone), la cinta funciona bastante bien y nos presenta a Art El Payaso (David Howard Thornton).
Un payaso asesino que se diferencia del Joker o IT y que, aunque parezca impactante, puede recordar a uno de los asesinos en serie más famosos del siglo pasado, John Wayne Gacy también conocido como Pogo, un individuo que se vestía de payaso y que violó y asesinó a decenas de hombres jóvenes, en su mayoría menores.
Seguro fue una inspiración para su creador.
*OJO SPOILEERS*
NO SOY FAN DEL GORE, PERO…
No, no lo soy. El gore nunca me ha atraído como subgénero del terror y películas como Saw (2004), sin dudar de su importancia, no me llegan. Aún así, esta cinta sí que tiene algo que me interesa y es el apartado slasher.
Ver como un asesino en serie persigue personas jóvenes, acabando con quien se le ponga de por medio y dejándonos sustos tras sustos mientras tratamos de descubrir quién es o quién logrará sobrevivir siempre ha sido entretenido. Es una ficción que, bien hecha, puede dejar muy buen sabor de boca.
Películas como Scream (1996), Pesadilla en Elm Street (1985), Halloween (1978 ) o Viernes 13 (1980) son prueba de ello y su éxito marcó más de una década en el cine. La intriga, el misterio, el terror, los sustos… ese ambiente y caldo de cultivo provocaron que estas sagas llenaran esa atracción que tiene el ser humano por el miedo.
Aquí en Terrifier pienso que estáN muy bien construidas las bases sobre las que se cimienta este tipo de sagas, y es su asesino. Art es un Payaso Asesino mudo, lo que inquiEta y nos intriga desde el primer momento. Los gestos, la mímica del personaje, la perturbación y crueldad que desborda -la escena travestido, la del bebé muñeco, el guiño a Saw y ese triciclo…- sumado a la gran actuación de su actor hacen que este personaje, y por ende, esta franquicia tenga potencial.
LAS PROTAS
Hay algo importante en toda cinta slasher y son sus protagonistas. Siempre nos quejamos de que las víctimas no toman decisiones acertadas para sobrevivir y que son personajes que parecen tontos. Son pocas las slasher girls que han logrado mantenerse en una franquicia del estilo y por ello Laurie Strode (Jamie Lee Curtis) y Sidney Prescott (Neve Campbell) son iconos del terror en Halloween y Scream.
Aquí cogea demasiado. La película tiene un error, para mí, muy gordo. Y es cargarse a la protagonista que tenían. Tara (Jenna Kell) estaba llenando la pantalla, un personaje astuto y que se olía la tostada desde el inicio. Desde su caracterización hasta su presencia nos hacían indicar que esta tía podía sobrevivir y, realmente, molaba.
Pero la matan demasiado pronto. A la altura de la mitad de la película, cuando ella muere, la cinta cae. Ni el conserje, ni la mujer vagabunda o la hermana que llega para sustituirla logran llenar ese hueco y empiezas a perder el interés.
Una buena prota es clave en una película Slasher.
SUFICIENTE PARA LO QUE TIENEN
En definitiva, es una buena cinta de serie B con ideas muy ingeniosas y un personaje, un villano, bien construido y presentado. El argumento es simple y predecible -no merece la pena desarrollarlo- como las ciento de películas que hay en el género Slasher pero Art marca la diferencia.
Terrifier peca de bajo presupuesto, fallos de guión -siempre quitan las armas a los personajes para que no puedan defenderse y eso siempre nos parece ridículo como espectadores-, hay personajes estúpidos, es predecible en varios sustos y el final es un estereotipo.
Sin embargo, tiene escenas muy potentes -más allá del gore-, momentos perturbadores y el inicio, con esa mujer desfigurada ya nos marca un poquito lo que nos puede ofrecer la película.
Le podrían haber dado más profundidad a la película, dejar el gore a un lado y trabajar un tema, un mensaje, que muchas películas de terror aportan bajo la superficie. Además de pulir el guión y construir una prota duradera.
Pero, sinceramente, que más pedir. Costó 100.000 dólares y creo que está amortizado. A los fans del gore y el serie B les gustará.